Desde que era pequeña me he cruzado en mi camino miles de veces con este viejo molino que siempre ha llamado mi atención. Pese a que siempre ha sido muy peligroso entrar, hay quienes me aseguran haberlo hecho varios años atrás, y al preguntarles me hablan del canal de irrigación por el que entraba el agua del río, la bancada donde estaban asentadas las aspas de movimiento de agua, describen la zona de abajo como casi diáfana y aseguran que eran almacenes. Creen recordar un hueco que parecía de un montacargas, y poco más.
Me han hablado también de un desafortunado accidente que tuvo lugar hacia el año dos mil, cuando llevando ya el edificio muchos años abandonado, un vagabundo se precipitó a través de un agujero abierto en el suelo, perdiendo su vida. El hombre pertenecía a un grupo que había ocupado el molino, y que fue echado del lugar tras ese suceso.
Desconozco si el edificio se prendió fuego antes o después de aquello, pero lo cierto es que ahora su estado es aún peor, y no recomendaría a nadie adentrarse entre sus muros a explorar.
Yo, por mi parte, tomé todas las fotos que quise de la fachada, de la parte trasera -incluso un poco del interior desde el umbral de la puerta- y del jardín de atrás.
La combinación de materiales -piedra en sillería en su parte inferior, y mampostería y ladrillo en su última planta- es una estructura arquitectónica típica del siglo XIX. Antiguamente era típico que los pueblos elaborasen su propio pan, para lo que se construyeron estos molinos harineros que funcionaban con agua. Las aspas del molino y las piedras de moler no se conservan, por lo que probablemente fueron vendidas.
Actualmente el edificio se halla casi engullido por la naturaleza, que ha ido recuperando el terreno que siempre le ha pertenecido.
El tejado hundido y quemado es la huella visible de que el tiempo no pasa en vano.
Por un camino apenas visible y casi inexistente accedimos a la parte trasera, donde encontramos una entrada al edificio y la terraza. Para mantener la coherencia de las fotografías y la explicación del lugar las estoy mostrando en el orden contrario al que fueron sacadas.
Más adelante se encuentra la parte baja del lugar, donde encontramos un pasillo bajo la terraza y el jardín, cubierto totalmente por la vegetación, dándole un aspecto de otro mundo.
Pese a que siempre he contado con una buena imaginación, me resulta muy complicado imaginar cómo debió de ser este lugar cuando estaba en uso, mucho tiempo atrás. Sin duda debió de dar trabajo a mucha gente, y debió de ser un sitio bastante ajetreado, situado en un pueblo tranquilo.