Esa atracción por los lugares recónditos y abandonados se halla presente en alguna de mis aficiones, como bien son el urbex (exploración urbana) y la fotografía, dos intereses que a menudo, como en mi caso, suelen ir de la mano. Ahora que el tiempo se calma y llegan los días grises es el momento perfecto para ir en busca de los secretos que estos parajes esconden, y eso es precisamente a lo que dediqué una tarde hace no muchos días. Debo reconocer que, aunque hice algunas fotos que me gustaron, esperaba bastante más de los sitios que visité; principalmente porque me habían dicho que se podía entrar en al menos una de las casas, pero lo que encontré fueron puertas y ventanas nuevas y bien aseguradas, poco después nos percatamos del motivo: el techo está hundido, es cuestión de tiempo que se venga abajo, detalle apreciable en la última imagen de esta entrada. Pese a que las casas, aun con todo, estaban en mejor estado del que esperaba, y que no pude entrar en ninguna, sí tengo algunas fotos que quiero mostrar por la peculiaridad que las rodea.







